Recomiendo fervorosamente la lectura del capítulo 18 de Problemas de linguistica general, de Emile Benveniste: "Eufemia y blasfemia". Según el linguista, ambas nociones funcionan complementariamente. Mientras que en la religión la blasfemia es la negación o el reniego contra Dios (el ultraje de Su Nombre), en la enuncación se trata de un tabú: la palabra que no puede pasar por la boca, que no se debe decir. La eufemia, por su parte, resulta un acto de censura de lo que se está por decir, donde la blasfemia se desvía, se "traviste", pierde su potencial transgresor.
Pero mejor lean a Benveniste, es más claro que yo, que nunca fui muy amiga de los eufemismos, ni siquiera de los académicos.
Nunca entendí demasiado esa manía que tiene la gente de hablar sin decir nada. Nunca creí que un lenguaje "politically correct" alguna vez haya logrado disimular el racismo, la xenofobia, la discriminación, la obscenidad, la obesidad o la pedofilia. Nunca entendí si realmente ayuda a un sordo que lo llamen "no oyente"; si a un ciego lo vuelve menos ciego ser considerado "no vidente", o a un liciado lo hace sentir mejor si lo llaman "diversamente capaz"...
Está bien, soy de esa gente ignorante que no distingue a un chino del otro, que no hace ningún esfuerzo por diferenciar a un marroquí de un paquistaní, y que suele tener que dar explicaciones a los "hebreos" por haberlos llamado judíos...Pero al final nadie se ofende, porque intento no ser ofensiva y porque realmente creo que con la gente se puede hablar, a calzón quitado, con sinceridad. Por lo menos con la gente que me gusta tener cerca...
A veces creo que "al pan, pan y al vino, vino" sea la mejor forma de convivencia, y que el problema es la violencia de las cosmovisiones, no meramente la del lenguaje.
Pero claro, los inventores de eufemismos no piensan igual que yo: siempre hay gente a la que no le gusta desnudarse en público. Mejor así, sobre todo para quienes no quieren ver o escuchar nada que los violente, por más que la violencia exista.
Pero mejor lean a Benveniste, es más claro que yo, que nunca fui muy amiga de los eufemismos, ni siquiera de los académicos.
Nunca entendí demasiado esa manía que tiene la gente de hablar sin decir nada. Nunca creí que un lenguaje "politically correct" alguna vez haya logrado disimular el racismo, la xenofobia, la discriminación, la obscenidad, la obesidad o la pedofilia. Nunca entendí si realmente ayuda a un sordo que lo llamen "no oyente"; si a un ciego lo vuelve menos ciego ser considerado "no vidente", o a un liciado lo hace sentir mejor si lo llaman "diversamente capaz"...
Está bien, soy de esa gente ignorante que no distingue a un chino del otro, que no hace ningún esfuerzo por diferenciar a un marroquí de un paquistaní, y que suele tener que dar explicaciones a los "hebreos" por haberlos llamado judíos...Pero al final nadie se ofende, porque intento no ser ofensiva y porque realmente creo que con la gente se puede hablar, a calzón quitado, con sinceridad. Por lo menos con la gente que me gusta tener cerca...
A veces creo que "al pan, pan y al vino, vino" sea la mejor forma de convivencia, y que el problema es la violencia de las cosmovisiones, no meramente la del lenguaje.
Pero claro, los inventores de eufemismos no piensan igual que yo: siempre hay gente a la que no le gusta desnudarse en público. Mejor así, sobre todo para quienes no quieren ver o escuchar nada que los violente, por más que la violencia exista.
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